martes, 29 de enero de 2013

Notas Practicas

Estoy dictando una clase de matemáticas en una fundación y, un tanto cansado de las lecturas de construtivismo, me decidi a buscar casi que un manual de como dictar una clase contructivista. Me encontré con un estudio, de... alguien... creo que era de los Andes donde efectivamente describían uno de los muchos modelos de clase constructivista y para no olvidar las cosas que me pueden ser útiles las copiaré acá:

La estructura de la clase parece ser:
  1. Las primeras sesiones se dedicaron a lo conceptual: 
    1. Se distribuyeron talleres grupales con preguntas guías para que los estudiantes consultaran con el profesor o con algún texto
    2. Las preguntas después se dividían entre los integrantes del grupo y cada uno profundizaba en las que les correspondía. 
    3. En la sección siguiente se hacia una plenario y el profesor agrupaba todos los conceptos. Se de aclarar que el profesor siempre estaba guiando al grupo para que no cayeran en malas informaciones. 
  2. Después se les asignaba un proyecto donde tenia que aplicar lo que aprendieron. De esa forma hacían un refuerzo del tema y a la ves la evaluación del mismo

¿Turista o Viajero?

En otro CBU que estoy viendo, uno de literatura, el profesor decía que la diferencia entre el turista y el viajero radica en que un turista tiene un plan preestablecido para si recorrido y lo primero que asegura es su tiquete de regreso. Por el contrario, el viajero solo asegura un tiquete de ida, el viaje en si puede conducirlo a cualquier lugar, cosa que el aceptara con gratitud.

En ese mismo CBU vi que el objetivo del arte (el curso es de literatura) es escapar de la realidad, de los esquemas y dejar que la imaginación, con la guianza del artista por medio de su obra, nos diga que hacer, pensar y sentir en ese pequeño instante de anarquía.

Desde hace unos años, me he preguntado por que antes la gente aprendía por gusto, investigaba y trabaja por gusto y ya no. No sé si es muy pintoresca e idealista mi imagen del pasado pero siento que antes la gente se obsesionaba con su trabajo, con sus estudios. Y no era una obsesión vana y sin sentido como las actuales, era como una amor a lo que hacen . Ahora, veo que todos nos quejamos de lo que hacemos, de lo que estudiamos, de donde trabajamos; cosas que paradojicamente las escogimos nosotros mismos.

Parece que los tres párrafos anteriores fueran inconexos pero acá viene donde se juntan: Los dos primeros explican el tercero. Uno de los problemas de la educación es que se objetivizó  no-ultilitaristamente (El explorador me corrige esta palabras, ni deben existir) es decir, su objetivo ya no es el objetivo de aplicar el aprendizaje si no pasar un examen, aprobar una materia graduarse del colegio para ir a la universidad, ir a la universidad para hacer un postgrado, hacer un postgrado para trabajar, trabajar para ganar dinero, ganar dinero para jubilarse y jubilarse para morir. En general, no se disfruta de lo que se aprende, siempre hay un mañana que relega el gozo del aprendizaje, y de lo que se puede hacer con él,  a un segundo plano.

Tal como el arte, el aprendizaje debe ser auto-satisfactorio  Uno lee una novela, por que sí, por querer saber el final, por sentir una experiencia y una realidad nueva.La idea de leer cien años del soledad es ir a Macondo, igual que el quijote nos lleva a esas praderas con molinos de viento.. Análogamente, deberíamos aprender por el simple gusto de saber hacer algo nuevo y hacerlo, no por pasar una y otra prueba (llámese parcial, materia, grado,postgrado, ect). Como el viajero que deja que el camino lo guié  sin un mañana definido; el camino del aprendizaje debe tener como objetivo el camino en sí: Hacer camino. No recorrer un camino para llegar al final, si no recorrerlo por recorrerlo. Puede sonar redundante  pero en resumen podría ser que debemos aprender por aprender, motivados por lo que se va aprender y no por la evaluación que hay que pasar.


(Esta escrito como me salió, jajaja las reflexiones las haré como "es debido")